
La gente comenta ahora acerca de la magnitud de los destrozos y del desmedido despliegue de violencia de "los manifestantes". Esa es toda la reacción de la gente. Nada más. De paso, el gobierno se aprovecha de esta tibia reacción y entonces tampoco hace nada, o hace algo sólo de significado simbólico.
Llama la atención que ante otro tipo de eventos, la gente rápidamente reacciona y se organiza, sobre todo en cuestiones relacionadas con el medioambiente y la diversidad. Así, por ejemplo, cuando ocurrió el desastre medioambiental en el río cruces, Valdivia, donde murieron varios cisnes, inmediatamente se conformó la agrupación ecológica "Acción por los cisnes" recibiendo el inmediato apoyo de Greenpace y varias ONG's. Dicha agrupación ha sido extremadamente agresiva comunicacionalmente, teniendo un gran poder de convocatoria.
Otro ejemplo es la cantidad de agrupaciones que han surgido en torno al tema de la "diversidad" (étnica, de opción sexual, etc.). En europa surgen como callampas las agrupaciones dedicadas a defender a distintos tipos de animales utilizados para la producción de alimentos, vestuario, etc.
¿Dónde está la escala de prioridades valóricas de la gente?. Al parecer importa más la vida de un cisne, que la de una persona enferma dentro de un hospital (atacado por la horda vandálica), importa más el derecho de un travesti a "trabajar" en las calles que el derecho de una anciana a trabajar en su quiosco metálico (destruído por la horda vandálica).
Si es este el mapa valórico de la gente, entonces no hay nada más que decir. Con razón (a propósito de semana santa) la masa quiso que crucificaran a Cristo y soltaran a Barrabás. Es la misma masa de ayer y de hoy.
Los gobiernos actúan en sinergia con la masa, ambos se necesitan mutuamente. Por eso tenemos los gobernantes que tenemos.
Bueno, en fin, a lo mejor conviene más camuflarse entre la masa. Ahora mismo me voy a averiguar los horarios de "Mekano" y "Rojo" pa' ponerme a tono.