sábado, 31 de enero de 2009

Crisis económica 2009

unemployment



El Mercurio publica hoy que el Foro de Davos ve con preocupación la intensidad de la crisis económica. Los economistas reunidos en Suiza ven con atención también el incierto final de los actuales problemas de la economía mundial.

Lo cierto es que el panorama se ve más complicado de lo que muchos economistas presagiaron en una primera impresión. La crisis tiene raíces muy profundas y es muy probable que su impacto sea mayor que el de la crisis del año 1929 y por esa razón nadie se atreve todavía a aventurar algún pronóstico sobre cómo será el final de esta crisis.

Todos los países del mundo ya están comenzando a sentir los efectos de la crisis esperándose que este año 2009 sea particularmente nefasto para la economía mundial. Algunos países, como Islandia, ya están muy complicados dada su dependencia de los servicios financieros. Sin embargo, las posturas o estrategias adoptadas por muchos gobiernos distan mucho de ayudar a resolver los problemas.

Por ejemplo, España, que ya va en un 14% de desocupación, tiene un presidente que asegura que España es la octava economía del mundo. Obviamente con esa actitud y ceguera es difícil que el gobierno español logre articular soluciones eficaces para la actual coyuntura. El presidente Zapatero debe recordar que las economías más fuertes del mundo son EEUU, Alemania, Francia, Inglaterra y Japón. Les siguen en términos de potencial: Brasil, India, Rusia y China. Por otra parte, hay otras economías suficientemente estables y grandes que no pueden ser dejadas fuera, como Canadá, Finlandia, Australia, Nueva Zelanda, Singapur, Irlanda, Suiza, Dinamarca y Corea. En otras palabras, a España le corresponde el lugar 29 según el Global Competitiveness Report 2008-2009 del World Economic Forum.

La presidenta Bachelet, de Chile, sostiene por su parte que es el sector privado el llamado a aportar minimizando la cesantía. Bachelet olvida, como casi todos los socialistas del mundo, que las empresas no son instituciones de beneficiencia. Las empresas de todo el mundo son organizaciones sometidas a un intenso estrés competitivo, enfocadas en asegurar su supervivencia maximizando las ventas y minimizando sus costos. Hoy, por ejemplo, en Chile varios aserraderos han debido cerrar sus puertas debido a que su principal mercado era EEUU y no han podido colocar ninguno de sus productos. Si no hay ventas, no hay dinero para mantener ninguna nómina de sueldos. Es así de simple.

Por su parte, no merece muchos comentarios el Foro Económico Social que por estos días se desarrolla en Brasil con el patrocino del Venezolano Chávez y toda su comparsa de gobiernos títeres: Bolivia, Ecuador y Argentina. Es sólo un circo donde cada payaso participante compite por decir el chiste más estúpido y vacío.

La ceguera causada por nacionalismos o ideologías dogmáticas, puede profundizar aún más en los efectos de la crisis en vez de ayudar a mitigarla. Es hora de que los gobiernos abandonen sus posturas ideologizadas y las cambien por posiciones más pragmáticas y técnicas. La situación actual es demasiado grave como para seguir sustentando posiciones demagógicas por sobre consideraciones que aporten al bien común.

En el contexto del diseño de soluciones eficaces para afrontar esta grave crisis económica, es urgente que en los países desarrollados surjan liderazgos serios que constituyan modelos a seguir, sin perjuicio de que cada nación debe buscar aquellas soluciones que mejor se adecúen a sus singularidades económicas. A grandes problemas, grandes soluciones.