Existe hoy una verdadera cruzada contra la construcción de centrales hidroeléctricas en Chile. Se argumentan graves daños a la integridad ambiental de los territorios que eventualmente resultasen afectados. Los ambientalistas proponen el uso de de fuentes energéticas alternativas, como la energía eólica, solar y mareomotriz, entre otras.
A propósito de esto, España cuenta con parques eólicos con una capacidad de generación de 13.000 MW. Sin embargo el día 17/12/2007 a las 19:00 hrs. el consumo en España llegó a los 45.000 MW, pero la energía eólica disponible ese día a esa hora era de 1.000 MW. ¿De qué sirve tener una capacidad eólica de 13.000 MW si dicha cifra raramente se alcanza?. La energía de un país y, por ende su economía, no puede estar sujeta a los caprichos de si hay o no hay viento. Por otra lado, se debe tener también en cuenta que los parques eólicos afectan gravemente los paisajes a la vez que auyentan la fauna.
Por su parte, las energías solar y mareomotriz presentan los mismos problemas de variabilidad. Además la energía solar tiene serias limitaciones tecnológicas que hacen que su eficacia sea mínima (la energía que consume la fabricación de estos dispositivos solares, es mayor que la energía que eventualmente pueden aportar).
De esta manera, si se piensa seriamente el tema energético Chileno sólo existen dos alternativas: la generación hidroeléctrica o la energía nuclear. La primera alternativa tiene la ventaja de ser completamente limpia y además es soberana, nos independiza de otros países para resolver nuestro problema energético.
De un tiempo a esta parte, las organizaciones ambientalistas se han vuelto cada vez más fundamentalistas, convirtiéndose en verdaderos obstáculos para el desarrollo del país. Es necesario hacer oídos sordos al discurso verde panfletario y escuchar más a quienes sí poseen los conocimientos necesarios para abordar el problema energético.
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