Vilfredo Pareto (1848 - 1923) fue sociólogo, economista y filósofo italiano, famoso por su importante contribución al estudio de la economía y de la sociología, especialmente en el campo de la distribución de la riqueza y el análisis de las elecciones individuales. Fue el creador del concepto eficiencia de Pareto, y contribuyó, con ideas como la de la curva de indiferencia, al desarrollo de la microeconomía.
Uno de sus más importantes aportes es el
Principio de Pareto, el cual señala que en una determinada población aproximadamente el 20% ostenta el 80% del poder político y la abundancia económica, mientras que el otro 80% de población, lo que Pareto denominó "
las masas", se repartía el 20% restante de la riqueza y tenía poca influencia política. Así sucede, en líneas generales, con el reparto de los bienes naturales y la riqueza mundial. (Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Principio_de_Pareto)
A partir de estas observaciones empíricas, Pareto extrapoló su principio para explicar la conformación de elites que gobiernan a la sociedad. Indicó que dichas elites cambian en su composición todo el tiempo y que cuando los mejores integraban las elites, la sociedad tendía a ser más estable, en caso contrario, surge la decadencia.
El Principio de Pareto, conocido también como regla del 80/20 (que indica que el 20% de una acción producirá el 80% de los efectos), ha encontrado aplicación en muchos otros ámbitos en donde se cumple con gran regularidad: Comercio, Sistemas Productivos, Sistemas Logísticos, Gestión de Calidad, Procesos de Ingeniería, etc. En muchos casos no se cumple exactamente la proporción 80/20, pero siempre se obtienen resultados entre 90/10 y 70/30.
De esta forma, es interesante observar cómo la distribución del ingreso sigue un patrón matemático que también se verifica en muchos otros ámbitos. Dado este hecho, no tienen mucho sentido los esfuerzos de los gobiernos para
emparejar la distribución del ingreso, puesto que siempre al final aparece la tendencia que
desnivela dicha distribución en una proporción de un 20% de la población con un 80% de la riqueza.
Por lo tanto, tiene más sentido que los gobiernos se enfoquen en el crecimiento económico para lograr que, en presencia de una desigualdad de 80/20, el 10% más pobre de la población mantenga ingresos que aseguren una buena calidad de vida y siempre mejorando cada vez más, como sucede en muchos países desarrollados hoy. De hecho, si tomamos hoy cualquier país desarrollado que se jacte de tener una buena distribución del ingreso, veremos que se cumple cabalmente el Principio de Pareto, la única diferencia es que los ricos son cada vez más ricos.
Para comprobar esto último, podemos analizar el listado Forbes de los billonarios del mundo que, en su versión 2010, incorpora a 1011 personas (http://www.forbes.com/lists/2010/10/billionaires-2010_The-Worlds-Billionaires_Rank.html). Al efectuar el análisis de Pareto sobre dicho listado, encontramos que el 70% de la riqueza se concentra en el 34% de las personas del listado.Esto significa que dentro del segmento de los más ricos del mundo, se vuelve a verificar el principio de Pareto, es decir, existe el mismo desnivel de distribución del ingreso que en el resto del mundo. La única diferencia es que en este listado, el 66% más pobre (con "
sólo" el 30% de la riqueza) no tiene muchos motivos para quejarse.