lunes, 3 de mayo de 2010
La Concertación y el día del trabajo
Un duro revés tuvo la Concertación de Partidos por la Democracia en la recién pasada celebración del día del trabajo. Algunos de sus líderes (Carolina Tohá, Marco Antonio Núñez, Fulvio Rossi, Juan Pablo Letelier, Guido Girardi, Juan Calor Latorre, Jorge Pizarro, entre otros) intentaron hacerse parte en el acto oficial de celebración en Santiago, pero fueron recibidos con pifias, insultos, escupitajos, lanzamiento de monedas, etc. No se les permitió dirigirse a la multitud y finalmente tuvieron que retirarse en medio de forcejeos y más improperios.
De esta manera se desmoronó el intento del conglomerado opositor por tratar de recomponer sus relaciones con el mundo laboral y tratar de expandir su base de oposición. Al respecto, después del bochornoso espectáculo, Fulvio Rossi declaró "...estoy totalmente de acuerdo (con las críticas) y las recojo. La gente no está contenta porque perdimos las elecciones, tenemos una gran responsabilidad. Sería de una miopía inaceptable que no nos diéramos cuenta de eso".
¡Rossi cree que la gente está enojada porque la Concertación perdió las elecciones!. Así de desconectados están estos líderes con la realidad. No quieren aceptar que el rechazo que provocan en la gente deriva del hecho de que durante los 20 años que gobernó la concertación lo hizo para beneficio de sí misma, para beneficio de cúpulas partidistas, para beneficio de políticos que nunca han trabajado en su vida siendo su única vocación el parasitar del Estado. Mensualmente se embolsillan millones de pesos en sus prácticas parasitarias. Tantos años de ver esto causa el enojo de cualquiera, sobre todo de la clase trabajadora que se gana la vida con tanto esfuerzo. Es impresentable la distribución del ingreso de los trabajadores comparados con la clase política.
Sin embargo, jamás los zánganos políticos reconocerán esto. Ellos seguirán hablando de su vocación pública, queestán preocupados de los trabajadores, que hay que quitarle el dinero a los ricos y dárselo a los pobres, y otras perlas por el estilo. El pueblo continuará votando por ellos y así continúa alimentándose el círculo vicioso. Es lo que hay.
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