El Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, advirtió ayer a los comerciantes de su país que podría ordenar la expropiación de aquellos negocios que incrementen los precios de forma excesiva, a raíz de la devaluación del bolívar que anunció su gobierno el viernes y que hoy entrará en vigor. Chávez hizo un llamado a los dueños de los comercios a no intentar sacar ganancias excesivas, porque de lo contrario podría ordenar a los cuerpos de seguridad del Estado que tomen los negocios en cuestión.
El Mandatario venezolano advirtió que la Guardia Nacional, el Ejército y las milicias saldrán a la calle a combatir la "especulación" de algunos comercios que quieren incrementar de forma "excesiva" los precios de los productos importados. El Presidente advirtió que los negocios que sean intervenidos serán puestos en manos de "los trabajadores, del pueblo" para instaurar un nuevo sistema de comercio "socialista".
Seguro que todas estas palabras deben hacer emocionar hasta las lágrimas a muchos políticos pro-chavistas en latinoamérica. Todos aquellos que añoran la política basada en la borrachera colectivista ven en Chávez una suerte de guía espiritual. Y lo peor de todo es que este tipo se cree el cuento. Está convencido que es el único iluminado que puede guiar los destinos de una nación e, incluso, un continente.
Al respecto, el gobierno venezolano destinará este 2010 un abultado presupuesto para financiar el culto al Presidente, equivalente a US$ 65 millones. Dentro de este presupuesto está contemplado el gasto para los servicios de información, impresión y relaciones públicas, que supera lo que el Estado dispondrá en 2010 para la Policía Nacional y es 15 veces más de lo destinado por el Ministerio de Relaciones Interiores y Justicia para la prevención del delito.
La campaña más grande es la del Bicentenario, con un despliegue de afiches que muestran a Chávez montando a caballo, con guayabera amarilla, y un grupo de jinetes que lo siguen, con la leyenda "200 años después, independencia y revolución". Carlos Berrizbeitia, ex diputado que ha investigado los gastos presidenciales, afirma que este presupuesto se usa para fomentar el culto a la personalidad, pues la mayoría de los anuncios de las instituciones estatales se centra en la imagen de Chávez, y no existe un control ni rendición de cuentas.
De esta manera, es claro que el payaso Chávez representa lo peor de nuestra sufrida latinoamérica: la ignorancia, la arrogancia y la prepotencia. (La ignorancia es atrevida).
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