
En lo inmediato, esta ley significará retrasar todos los proyectos de centrales hidroeléctricas, líneas de transmisión, etc. Desde ahora en adelante se deberán solicitar permisos especiales cada vez que algún proyecto ponga en peligro un solo árbol nativo.
De esta manera, no importa que nuestro país sufra retraso y subdesarrollo. Lo importante es que tendremos lindos arbolitos nativos para observar. La cesantía generada podrá disfrutar del paisaje forestal nativo. El fetichismo arbóreo suplirá todas nuestras carencias.
Como una forma de resguardarse de las críticas, los ideólogos ambientalistas sostienen que alrededor del bosque nativo podría surgir toda una industria de ecoturismo sustentable que generará empleos y riqueza. Lo que no dicen, pero lo saben, es que estos empleos resultarán marginales si se comparan con la cantidad de empleos que se perderán como consecuencia de la paralización de muchos proyectos importantes para el país.
Los ecoterroristas no trepidan en hipotecar el desarrollo de un país con tal de alcanzar sus objetivos ideológicos y de imponer sus dogmas al resto de la sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario