Sin embargo, es necesario plantear aquí dos reflexiones para desmitificar un poco el alcance del concepto web 2.0:
- Se evidencia un crecimiento inorgánico de los diferentes canales de participación en la web. Muchos recogen opiniones de todo tipo de "opinólogos" que se sienten con el derecho opinar de los más diversos temas. De esta manera, se abusa de la internet como medio aprovechándose de que ésta, como el papel, aguanta cualquier cosa. (Existen toda clase de foros con temáticas y niveles argumentativo que dan lástima).
- Como una manera de evitar el fenómeno anterior, muchos sitios (como Digg, Wikipedia y otros) han creado mecanismos para que solo un pequeño número de personas decidan la mayor parte de lo que pasa en esos espacios. Por ejemplo, según los investigadores de Palo Alto, el 1 por ciento de los usuarios de la Wikipedia son responsables de aproximadamente la mitad de las ediciones del sitio. En Digg.com se utiliza un algoritmo secreto que es confidencialmente ajustado periódicamente para determinar cuales noticias irán a la página principal. Sin embargo, todos estos mecanismos ponen freno al concepto (o mito) de la democracia en la web 2.0. (Ver esta fuente).
En conclusión, la web no es más que el reflejo de lo que somos en la sociedad real. Pretender que un concepto como la web 2.0 imponga un nuevo estilo participativo que remueva los cimientos de nuestras actuales instituciones es algo, por lo menos, utópico. Lo que sí es mas realista esperar es que plataformas como la web 2.0 sean el soporte que complementen y potencien el establecimiento de canales participativos en diversos ámbitos.
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