A propósito del incendio de un centro del Sename, en donde murieron 10 jóvenes retenidos por conductas delictuales, el senador Escalona presentará una querella por cuasidelito de homicidio en contra de quienes resulten responsables del hecho. Esto me recuerda cuando apareció una campaña-humorada llamada "piteate un flaite", la diputada Carolina Tohá interpuso sendos recursos de amparo en favor de supuestos "perjudicados" por esta "campaña".
Aún cuando estas acciones apuntan en una dirección correcta, resulta extraño que nunca se ve a estos congresales reaccionando con la misma rapidez y diligencia cuando se trata de defender los derechos de trabajadores honestos que son víctimas de la delincuencia diaria que nos afecta. ¿Porqué tienden a simpatizar más con las capas sociales que rodean el fenómeno delincuencial que con las capas sociales que rodean a la clase trabajadora?.
Creo que este desabalance en las prioridades puede acarrear graves consecuencias toda vez que los delincuentes comienzan a percibir que son tomados en cuenta como actores sociales y, por lo tanto, el delito se valida como una actividad social más, como tantas otras.
En el ámbito de la educación preescolar, a las estudiantes de Educación Parvularia les enseñan que cuando dedican demasiado tiempo en lidiar con los chicos de carácter conflictivo, los pequeños de buen comportamiento comienzan a creer que hay que portarse mal para tener la atención de la profesora. Por esta razón las educadoras no interactúan mucho con los chicos de mal comportamiento.
Un criterio semejante debiera guiar el actuar de las autoridades. De lo contrario un número creciente de jóvenes se dedicaran a la delincuencia para "sentirse tomados en cuenta" por congresales despistados. Además de que es buen negocio delinquir, es más rentable que un trabajo normal y sus costos penales son bajísimos (cuando los hay).
miércoles, 24 de octubre de 2007
domingo, 14 de octubre de 2007
Ferrocarriles del Estado
Uno más de los desaciertos concertacionistas ha sido el enorme gasto que ha implicado la mantención de la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE). Se argumenta que estos gastos han sido principalmente para inversión. Sin embargo, esta inversión no luce en ninguna parte. Por lo menos por acá en el sur, Valdivia y Pto. montt, no se ve nada.
El nuevo presidente de EFE, Jorge Rodríguez Grossi, señaló que "... es necesario irse acostumbrando a la idea de que EFE necesita ser permanente subsidiado, así como se subsidia la construcción de caminos y calles... "
Justamente, este tipo de aseveraciones revelan el alto grado de desconocimiento que poseen los decisores políticos sobre los aspectos claves que suponen sus cargos.
La verdad es que antes de preguntarse si subsidiar o no un determinado servicio público, es necesario preguntarse si dicho servicio es realmente necesario. En el caso de ferrocarriles no existe ningun grupo social o empresarial que esté solicitando la puesta en marcha de este servicio. Los únicos argumentos que se enarbolan son del tipo romántico "para volver a viajar en tren como se hacía antes".
No hay razones económicas para volver a tener trenes. Menos ahora cuando:
Algunos congresistas, como el diputado Urresti de Valdivia, afirman que ferrocarriles cumple un rol social. Para que esto fuera real, los trenes deberían pasar por casi todos los lugares apartados de Chile. Es Obvio que la penetración de la red caminera es muchísimo mayor que la penetración de la red ferroviaria. Gracias a esta extensa red caminera hoy en día existen líneas de buses rurales que llegan a zonas muy apartadas. Estos buses rurales cumplen hoy en día una importantísima función social y más encima se autosustentan.
En este contexto, es mucho más necesario (y tiene más sentido) aumentar la inversión estatal en la creación y mantención de redes camineras que cubran hasta los más recónditos ramales en donde habiten chilenos que hacen patria. Este sería un dinero bien invertido y no la dilapidación que hoy en día se hace con EFE gracias al capricho de unos cuantos demagogos.
Sería muy bueno que quienes toman las decisiones evalúen el (impacto social-económico/costo) que posee el actual sistema de redes viales versus el (impacto social-económico/costo) que eventualmente pueda tener una línea de tren.
Aunque el ejercicio anterior implique un esfuerzo mental considerable para algunas de nuestras "autoridades", de todas maneras es necesario hacerlo en aras del "bien común ", palabra tan mencionada en los discursos políticos.
El nuevo presidente de EFE, Jorge Rodríguez Grossi, señaló que "... es necesario irse acostumbrando a la idea de que EFE necesita ser permanente subsidiado, así como se subsidia la construcción de caminos y calles... "
Justamente, este tipo de aseveraciones revelan el alto grado de desconocimiento que poseen los decisores políticos sobre los aspectos claves que suponen sus cargos.
La verdad es que antes de preguntarse si subsidiar o no un determinado servicio público, es necesario preguntarse si dicho servicio es realmente necesario. En el caso de ferrocarriles no existe ningun grupo social o empresarial que esté solicitando la puesta en marcha de este servicio. Los únicos argumentos que se enarbolan son del tipo romántico "para volver a viajar en tren como se hacía antes".
No hay razones económicas para volver a tener trenes. Menos ahora cuando:
- Este angosto país tiene una expedita doble vía en óptimas condiciones junto a una extensa red caminera en gran parte pavimentada o asfaltada gracias a inversiones efectuadas por OOPP.
- Existen modernas empresas de transportes de pasajeros y carga que se autosustentan con precios más que asequibles.
Algunos congresistas, como el diputado Urresti de Valdivia, afirman que ferrocarriles cumple un rol social. Para que esto fuera real, los trenes deberían pasar por casi todos los lugares apartados de Chile. Es Obvio que la penetración de la red caminera es muchísimo mayor que la penetración de la red ferroviaria. Gracias a esta extensa red caminera hoy en día existen líneas de buses rurales que llegan a zonas muy apartadas. Estos buses rurales cumplen hoy en día una importantísima función social y más encima se autosustentan.
En este contexto, es mucho más necesario (y tiene más sentido) aumentar la inversión estatal en la creación y mantención de redes camineras que cubran hasta los más recónditos ramales en donde habiten chilenos que hacen patria. Este sería un dinero bien invertido y no la dilapidación que hoy en día se hace con EFE gracias al capricho de unos cuantos demagogos.
Sería muy bueno que quienes toman las decisiones evalúen el (impacto social-económico/costo) que posee el actual sistema de redes viales versus el (impacto social-económico/costo) que eventualmente pueda tener una línea de tren.
Aunque el ejercicio anterior implique un esfuerzo mental considerable para algunas de nuestras "autoridades", de todas maneras es necesario hacerlo en aras del "bien común ", palabra tan mencionada en los discursos políticos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)