domingo, 23 de mayo de 2010

El conocimiento ancestral de los pueblos originarios

A propósito del 50° aniversario del terremoto y maremoto de Valdivia, Chile, el diario Austral de esta ciudad recuerda que en 1960 una comunidad de mapuches sacrificó un niño mapuche, lanzándolo al mar, para aplacar la furia divina expresada en el terremoto. El niño sacrificado tenía 5 años y se llamaba José Luis Painecur. Su muerte fue ordenada por la machi Juana Namuncura. El hecho tuvo lugar en una localidad lafkenche denominada Collileufu, cercana a Puerto Saavedra, Novena Región. En la foto aparece la madre del niño, Rosa painecur.

Aunque algunos cuantos antropólogos y sociólogos califiquen a este hecho como propio de la cultura mapuche y de su particular cosmovisión, lo cierto es que se trata de un alevoso crimen que no tuvo ni tendrá jamás ninguna justificación. Es como tratar de justificar la mutilación sexual practicada a las jóvenes en algunas tribus africanas, o tratar de justificar la lapidación de las mujeres por no usar la burka en algunas comunidades musulmanas.

La barbarie no tendrá nunca justificación. No es posible que ocurran estos hechos ante el silencio cómplice del resto de los habitantes del planeta.

Es bueno recordar este tipo de hechos ahora, en un contexto en donde se ha sobrevalorado e idealizado en exceso las culturas de los pueblos originarios, avalando sin reflexión el conocimiento ancestral de dichos pueblos.

En general, la sociedad occidental tiene mucho que aprender de los distintos pueblos originarios, menos de la barbarie, que en eso, muchos países desarrollados están al debe. La riqueza cultural de los pueblos originarios siempre será muy valiosa en tanto no sea excluyente y respete los derechos humanos.

lunes, 3 de mayo de 2010

La Concertación y el día del trabajo


Un duro revés tuvo la Concertación de Partidos por la Democracia en la recién pasada celebración del día del trabajo. Algunos de sus líderes (Carolina Tohá, Marco Antonio Núñez, Fulvio Rossi, Juan Pablo Letelier, Guido Girardi, Juan Calor Latorre, Jorge Pizarro, entre otros) intentaron hacerse parte en el acto oficial de celebración en Santiago, pero fueron recibidos con pifias, insultos, escupitajos, lanzamiento de monedas, etc. No se les permitió dirigirse a la multitud y finalmente tuvieron que retirarse en medio de forcejeos y más improperios.
De esta manera se desmoronó el intento del conglomerado opositor por tratar de recomponer sus relaciones con el mundo laboral y tratar de expandir su base de oposición. Al respecto, después del bochornoso espectáculo, Fulvio Rossi declaró "...estoy totalmente de acuerdo (con las críticas) y las recojo. La gente no está contenta porque perdimos las elecciones, tenemos una gran responsabilidad. Sería de una miopía inaceptable que no nos diéramos cuenta de eso".
¡Rossi cree que la gente está enojada porque la Concertación perdió las elecciones!. Así de desconectados están estos líderes con la realidad. No quieren aceptar que el rechazo que provocan en la gente deriva del hecho de que durante los 20 años que gobernó la concertación lo hizo para beneficio de sí misma, para beneficio de cúpulas partidistas, para beneficio de políticos que nunca han trabajado en su vida siendo su única vocación el parasitar del Estado. Mensualmente se embolsillan millones de pesos en sus prácticas parasitarias. Tantos años de ver esto causa el enojo de cualquiera, sobre todo de la clase trabajadora que se gana la vida con tanto esfuerzo. Es impresentable la distribución del ingreso de los trabajadores comparados con la clase política.
Sin embargo, jamás los zánganos políticos reconocerán esto. Ellos seguirán hablando de su vocación pública, queestán preocupados de los trabajadores, que hay que quitarle el dinero a los ricos y dárselo a los pobres, y otras perlas por el estilo. El pueblo continuará votando por ellos y así continúa alimentándose el círculo vicioso. Es lo que hay.