domingo, 14 de marzo de 2010
Pareto y la distribución del ingreso
Vilfredo Pareto (1848 - 1923) fue sociólogo, economista y filósofo italiano, famoso por su importante contribución al estudio de la economía y de la sociología, especialmente en el campo de la distribución de la riqueza y el análisis de las elecciones individuales. Fue el creador del concepto eficiencia de Pareto, y contribuyó, con ideas como la de la curva de indiferencia, al desarrollo de la microeconomía.
Uno de sus más importantes aportes es el Principio de Pareto, el cual señala que en una determinada población aproximadamente el 20% ostenta el 80% del poder político y la abundancia económica, mientras que el otro 80% de población, lo que Pareto denominó "las masas", se repartía el 20% restante de la riqueza y tenía poca influencia política. Así sucede, en líneas generales, con el reparto de los bienes naturales y la riqueza mundial. (Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Principio_de_Pareto)
A partir de estas observaciones empíricas, Pareto extrapoló su principio para explicar la conformación de elites que gobiernan a la sociedad. Indicó que dichas elites cambian en su composición todo el tiempo y que cuando los mejores integraban las elites, la sociedad tendía a ser más estable, en caso contrario, surge la decadencia.
El Principio de Pareto, conocido también como regla del 80/20 (que indica que el 20% de una acción producirá el 80% de los efectos), ha encontrado aplicación en muchos otros ámbitos en donde se cumple con gran regularidad: Comercio, Sistemas Productivos, Sistemas Logísticos, Gestión de Calidad, Procesos de Ingeniería, etc. En muchos casos no se cumple exactamente la proporción 80/20, pero siempre se obtienen resultados entre 90/10 y 70/30.
De esta forma, es interesante observar cómo la distribución del ingreso sigue un patrón matemático que también se verifica en muchos otros ámbitos. Dado este hecho, no tienen mucho sentido los esfuerzos de los gobiernos paraemparejar la distribución del ingreso, puesto que siempre al final aparece la tendencia que desnivela dicha distribución en una proporción de un 20% de la población con un 80% de la riqueza.
Por lo tanto, tiene más sentido que los gobiernos se enfoquen en el crecimiento económico para lograr que, en presencia de una desigualdad de 80/20, el 10% más pobre de la población mantenga ingresos que aseguren una buena calidad de vida y siempre mejorando cada vez más, como sucede en muchos países desarrollados hoy. De hecho, si tomamos hoy cualquier país desarrollado que se jacte de tener una buena distribución del ingreso, veremos que se cumple cabalmente el Principio de Pareto, la única diferencia es que los ricos son cada vez más ricos.
Para comprobar esto último, podemos analizar el listado Forbes de los billonarios del mundo que, en su versión 2010, incorpora a 1011 personas (http://www.forbes.com/lists/2010/10/billionaires-2010_The-Worlds-Billionaires_Rank.html). Al efectuar el análisis de Pareto sobre dicho listado, encontramos que el 70% de la riqueza se concentra en el 34% de las personas del listado.Esto significa que dentro del segmento de los más ricos del mundo, se vuelve a verificar el principio de Pareto, es decir, existe el mismo desnivel de distribución del ingreso que en el resto del mundo. La única diferencia es que en este listado, el 66% más pobre (con "sólo" el 30% de la riqueza) no tiene muchos motivos para quejarse.
martes, 2 de marzo de 2010
Terremoto social
Un potente terremoto afectó a gran parte del territorio chileno provocando cientos de muertos, miles de heridos y billones de dólares en pérdidas materiales.
Desde el mismo comienzo del desastre, el gobierno liderado por Michele Bachelet ha hecho gala de una inoperancia inaceptable, considerando que muchas vidas humanas se han visto afectadas por esta mala gestión.
Desde un ministro de relaciones exteriores que considera no tan necesaria la ayuda internacional, hasta un ministro del interior que reacciona tardíamente ante las urgentes demandas, perdiendo el tiempo en interminables evaluaciones y diagnósticos de la situación.
Como producto de esta desidia, hordas de delincuentes se han apoderado de las ciudades afectadas por el terremoto, saqueando locales comerciales y domicilios particulares. El principal objetivo de los saqueadores son los artículos electrónicos, electrodomésticos y otros suntuarios. Está claro que el pillaje no es motivado por razones de reales carencias.
Sin embargo, al gobierno le ha costado decidirse a sacar las fuerzas armadas a las calles para controlar la situación. A los socialistas les cuesta aceptar la idea de que necesitan la ayuda de los militares. Recién ahora, después de 48 horas del terremoto, decidieron enviar tropas a las calles, pero con limitadas atribuciones.
"Yo quiero hacer un llamado a la conciencia de las personas, (...)no es aceptable el pillaje y la delincuencia", señaló la Mandataria en su más enérgica declaración. ¡La presidenta cree que los delincuentes tienen conciencia!. Esta forma de pensar es la que explica porqué los índices delictivos han subido durante todos los gobiernos de la Concertación. Los delincuentes se han visto alentados por la ingenuidad y estupidez de los gobiernos socialistas, el terremoto sólo sirvió de excusa para que las hordas se apoderaran de las calles, saben que las autoridades son estúpidas y que pueden actuar con casi completa impunidad. El terremoto ya es suficientemente grave como para permitir añadirle un terremoto social provocado por los depredadores sociales.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)