Demostrando un absoluto desconocimiento de cómo funcionan los mercados, la vocera del gobierno, Carolina Tohá, denunció un “fraude a la sociedad chilena” dada el alza que se ha registrado en los precios de los terrenos que el Gobierno busca comprar para entregar a los comuneros mapuches. “Desde el año pasado a la fecha, los precios se han más que duplicado en la zona (...) desde que el gobierno adquirió los compromisos con las 115 comunidades e incrementó los esfuerzos en las compras de tierras. Esto es inaceptable”, dijo Tohá.
La ministra desconoce las más elementales nociones acerca del equilibrio entre la oferta y la demanda. Desconoce que es completamente natural que cuando un bien escaso tiene una alta demanda, su precio tiende a subir. Si los precios son muy altos, el comprador, en esta caso el gobierno, siempre tiene la opción de no comprar y de esta manera influir en una eventual baja de precios. Así funciona el libre juego de la oferta y la demanda. Es una verguenza que quienes ostenten altos cargos en la administración pública no manejen estos elementos tan básicos.
Lo que a la ministra debiera parecerle inaceptable es que el Estado (o sea todos los Chilenos) tengamos que regalar tierras a personas cuyo único mérito es hablar una lengua distinta. Por este sólo hecho estos chilenos tienen más derechos y privilegios que el resto de sus compatriotas. Esto sí es un escándalo inaceptable.
martes, 25 de agosto de 2009
miércoles, 19 de agosto de 2009
En todas partes se cuecen habas
No es ninguna novedad afirmar que la clase política en el mundo está desprestigiada. Pero la verdad es que en la mayoría de los casos son los mismo políticos quienes se encargan de desprestigiar su oficio, ya sea por sus acciones o por sus dichos. Sin embargo, hay casos que aún resultan sorprendentes para los tiempos actuales, como el caso de aquel ministro boliviano que declaraba que los libros en general eran innecesarios, o el caso de G.W. Bush que se sorprendía porque en Brasil también habían negros.
Un caso que ha llamado particularmente la atención es el de una política española llamada Leire Pajín, quien ha sido diputada y ha ostentado altos cargos en el PSOE, partido actualmente gobernante en España. A continuación, algunas sorprendentes declaraciones de esta brillante política.
Pajín economista: "El problema es que el PIB es claramente masculino":
Pajín astrónoma: "Acontecimiento histórico planetario":
Un caso que ha llamado particularmente la atención es el de una política española llamada Leire Pajín, quien ha sido diputada y ha ostentado altos cargos en el PSOE, partido actualmente gobernante en España. A continuación, algunas sorprendentes declaraciones de esta brillante política.
Pajín economista: "El problema es que el PIB es claramente masculino":
Pajín astrónoma: "Acontecimiento histórico planetario":
sábado, 8 de agosto de 2009
La pobreza en Argentina
Conmoción han causado las palabras del Papa denunciando los escandalosos índices de pobreza en Argentina. Según la Iglesia Católica, más del 40% de la población está bajo la línea de pobreza. El gobierno argentino se defiende que esta cifra es de sólo un 15%.
Más allá de definir cuál es la cifra exacta, lo que es innegable es que la pobreza en Argentina a aumentado en forma alarmante. Es cosa de recorrer las calles de Buenos Aires, llenas de basura por todas partes y de mendigos e indigentes pululando alrededor de los cafés o de los centros comerciales. Ni qué decir de los cordones de pobreza y miseria que rodean a las grandes ciudades.
Esto significa que todas las décadas de gobiernos neoestatistas no han servido de nada. No se concreta la equitativa distribución de la riqueza, término tan largamente esgrimido por los gobiernos demagógicos. De nada han servido todas las medidas populistas de ordeñar al máximo al sector productivo por la vía impositiva puesto que, por un lado, el dinero ordeñado no llega a los pobres y, por otra parte, cada vez hay menos dinero que ordeñar puesto que no hay crecimiento económico.
Está claro que ha fracasado el modelo neoestatista antiempresarial, que pretende basar su desarrollo sólo en el asistencialismo de un Estado todopoderoso. Sin embargo, la gran mayoría de los argentinos todavía cree en los modelos asistencialistas. Generaciones de argentinos han vivido bajo este modelo, no conocen otro. De esta forma es difícil preveer un mejoramiento de la situación, al menos en el futuro próximo. Desgraciadamente, mientras Argentina no logre sacudirse de la figura de Perón, millones de personas continuarán sufriendo las consecuencias de un dogmatismo ciego.
Por lo menos, la experiencia argentina debiera servir de lección para el resto de latinoamérica, donde aún proliferan los cantos de sirena de una izquierda recalcitrante que sigue anclada en discursos de los años 60 o 70.
Más allá de definir cuál es la cifra exacta, lo que es innegable es que la pobreza en Argentina a aumentado en forma alarmante. Es cosa de recorrer las calles de Buenos Aires, llenas de basura por todas partes y de mendigos e indigentes pululando alrededor de los cafés o de los centros comerciales. Ni qué decir de los cordones de pobreza y miseria que rodean a las grandes ciudades.
Esto significa que todas las décadas de gobiernos neoestatistas no han servido de nada. No se concreta la equitativa distribución de la riqueza, término tan largamente esgrimido por los gobiernos demagógicos. De nada han servido todas las medidas populistas de ordeñar al máximo al sector productivo por la vía impositiva puesto que, por un lado, el dinero ordeñado no llega a los pobres y, por otra parte, cada vez hay menos dinero que ordeñar puesto que no hay crecimiento económico.
Está claro que ha fracasado el modelo neoestatista antiempresarial, que pretende basar su desarrollo sólo en el asistencialismo de un Estado todopoderoso. Sin embargo, la gran mayoría de los argentinos todavía cree en los modelos asistencialistas. Generaciones de argentinos han vivido bajo este modelo, no conocen otro. De esta forma es difícil preveer un mejoramiento de la situación, al menos en el futuro próximo. Desgraciadamente, mientras Argentina no logre sacudirse de la figura de Perón, millones de personas continuarán sufriendo las consecuencias de un dogmatismo ciego.
Por lo menos, la experiencia argentina debiera servir de lección para el resto de latinoamérica, donde aún proliferan los cantos de sirena de una izquierda recalcitrante que sigue anclada en discursos de los años 60 o 70.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)