
Básicamente, innovación es aplicar una nueva idea en respuesta a una oportunidad de mercado. Esta nueva idea puede ser algo conceptualmente simple, pero que rápidamente "prende" en el mercado. De este modo, si en el mercado hay una gran necesidad de tomates, una nueva idea de sistema de riego que incremente la capacidad productiva de tomates constituye un valioso aporte innovativo.
Por lo tanto, es falsa la disyuntiva entre explotar commodities o desarrollar tecnologías. En términos de mercado no existe tal dicotomía. Si el mercado mundial mantiene una alta demanda de celulosa y un país como Chile tiene ventajas comparativas para atender esta demanda, entonces se debe aprovechar esta oportunidad de mercado y, como consecuencia, desarrollar y aplicar tecnologías de innovación que ayuden a enfrentar de mejor forma dicha oportunidad de mercado.
No es lógico pensar que un país plantee sus políticas de crecimiento sólo en el desarrollo y aplicación de avanzadas tecnologías, dando las espaldas a las oportunidades de mercado y a las ventajas comparativas. El capital siempre acudirá a la opción que resulte más rentable. Si hoy Chile exporta cobre y luego importa alambre de cobre, es porque esta es la opción más rentable, el costo de los factores productivos para producir alambre de cobre es más bajo en otros países.
Si China está dispuesta a fabricar casi todo en el mundo, a muy bajo costo, entonces no tiene sentido invertir en fábricas en otras partes del mundo, excepto donde existan ventajas comparativas. El capital y el mercado se mueven solos. No hay necesidad de que con la excusa de la innovación, los países intenten pautear las decisiones de inversión.