lunes, 9 de mayo de 2011

El Proyecto Hidroaysen bajo ataque ecoterrorista


Finalmente se aprobó el proyecto Hidroaysén, bajo un descomunal despliegue de ecoterrorismo, con campañas primero de desinformación, luego con veladas amenazas, difundiendo carteles como el mostrado al comienzo de esta entrada y, finalmente, con protestas y desórdenes callejeros promovidos por los fundamentalistas ecológicos de siempre y con ampulosas declaraciones emitidas por algunos personajes, como don Manfred max-Neef,  que creen sentirse investidos de una moralidad e inteligencia superior al resto de los mortales.

La ignorancia siempre ha sido atrevida.

Lo importante aquí es que se ha aprobado un proyecto de energía limpia, con una ecoeficiencia mucho mayor a cualquiera de los muchos proyectos de centrales térmicas a carbón, aprobados en el pasado reciente. Este proyecto significa un paso adelante en la promoción de las energías limpias.

Si los ecolesos quieren volver a la época de las cavernas (a muchos los emociona esa idea), allá ellos, pero no traten de imponer al resto de la sociedad su regresivismo.

Queda todavía un largo camino que recorrer para llegar a suplir las necesidades energéticas del país de aquí al 2020. Hay que evaluar más alternativas de generación hidroeléctrica, ojalá hasta agotar las posibilidades en el país con muchas centrales de paso. Hay que evaluar también el uso de la alternativa nuclear.

Y también hay que evaluar todas las alternativas de generación renovable, como las alternativas eólicas, solar, mareomotriz, etc. Sin embargo, siempre hay que pensar estas alternativas como complementarias dentro de la matriz de generación, puesto que no hay que perder de vista que el factor de planta –utilización de la capacidad de la planta en el tiempo– de un parque solar o eólico es alrededor de un 25%, el de una hidroeléctrica un 60% y el de una termoeléctrica, un 95%. Estos son datos duros que dan cuenta de la continuidad de la provisión de energía de las diferentes alternativas.

Tampoco hay que dejar fuera del análisis el eventual impacto ambiental negativo que tienen muchas de las implementaciones de alternativas que se consideran, prejuiciosamente, como limpias. Al respecto, Análisis del Ciclo de Vida (ACV) de algunos paneles fotovoltaicos, indican que producen un impacto ambiental negativo puesto que consumen más energía en su fabricación que la que proveen durante su vida útil. Lo mismo sucede con la fabricación de algunos aparatos de generación eólica.