domingo, 28 de septiembre de 2008

La crisis financiera

Bastante se ha dicho ya respecto de la actual crisis financiera causada por la actuación irresponsable y poco profesional del sistema financiero estadounidense. En el proceso de búsqueda de culpables muchas de las críticas apuntan a desbordados afanes especulativos o a una codicia desenfrenada. Sin embargo, la verdad es que siempre la especulación y la codicia han formado parte de los sistemas financieros catalizando los procesos de creación de riqueza. Cuando una persona efectúa una inversión lo hace pensando (especulando) que con esa inversión puede obtener ganancias (codicia). De esta manera la especulación y la codicia son los principales motores de los sistemas económicos. Quienes pretenden demonizarlos desconocen la esencia del funcionamiento de los mercados desde los tiempos de los primeros mercaderes en la tierra.

La verdadera razón del actual desastre financiero ser relaciona con el desorden y falta de profesionalismo con que ha operado la banca estadounidense, prestando dinero a clientes con dudosa capacidad de pago. El problema se vió amplificado por las gigantes hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, las cuales no prestan directamente a los compradores de vivienda, sino que compran las hipotecas aprobadas por las entidades que prestan el dinero, y luego las venden a inversionistas. De esta forma, los bancos otorgaban irresponsablemente créditos hipotecarios los cuales eran adquiridos por Fannie Mae y Freddie Mac quienes posteriormente los vendían a grandes bancos de inversión. En ninguna parte de la cadena se realizaban ni los más mínimos análisis de riesgo, de manera que cuando la morosidad en los pagos creció a niveles insostenibles Fannie Mae y Freddie Mac no pudieron responder por las hipotecas adquiridas y con esto arrastraron a casi todo el sistema bancario de EEUU.

Esta falta de profesionalismo y rigurosidad es la principal causa del actual desastre. Ni más ni menos. EEUU que siempre criticaba el "desorden" con que se manejaban las economías latinoamericanas, ahora resulta ser el líder en el desorden del manejo financiero, como cualquier república bananera. Al respecto, es muy pertinente la crítica formulada recientemente por Alejandro Foxley: “los bancos que se desordenaban, que no tomaban resguardos para prestar, que prestaban a clientes que no podían pagar no son los bancos de los países en desarrollo, sino que los bancos de los países desarrollados”.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Otro diagnostico errado

El Ministerio de Educación está tratando de reaccionar frente a los hechos de matonaje escolar (bullying) ocurridos recientemente. Según lo revelado por el subsecretario del ramo, Cristián Martínez, se realizará un catastro para conocer los colegios que registren una mayor frecuencia de casos de matonaje y violencia para implementar, en esos colegios, sistemas de mediación.
 
A juicio de Martínez, lo que está ocurriendo "es una voz de alerta, es un llamado de atención a que necesitamos reforzar el ejercicio de resolver los conflictos conversando y no agrediéndonos y, a partir de eso, reforzar el papel de los consejos escolares como medio de mediación de conflicto y solución de conflictos en el tema del colegio". 

Este diagnóstico del Mineduc supone que los fenómenos de bullying corresponden básicamente a situaciones de conflicto, de diferencias de opiniones o de diferencias de puntos de vista. Sin embargo, claramente esto no es así. El bullying corresponde a situaciones en donde un agresor disfruta de sus actos de agresión en contra de otra persona que, por alguna razón física y/o psicológica, es incapaz de defenderse. La agresión ocurre sin ninguna causa justificada, excepto el "placer" que provoca el agredir a otra persona.

De esta manera, la acción que pretende impulsar el Mineduc sólo significará un gasto inútil de dinero y tiempo. No resolverá nada porque parte de un supuesto completamente equivocado.

Es muy preocupante constatar que el Mineduc no se haga asesorar adecuadamente en materias tan delicadas como es el matonaje escolar, donde hay vidas en riesgo. No es un problema menor. Es un gran problema que requiere grandes soluciones. No se arregla con slogans o con campañas comunicacionales a través de afiches o seminarios. Menos con diagnósticos tan desacertados como el formulado por Cristián Martínez.